lunes, 18 de marzo de 2013

Visita a las estepas de Zaragoza


La vida tiene estas contradicciones, visita programada a la árida estepa y... anuncio de que va a llover en abundancia. Y efectivamente el domingo amaneció con una persistente llovizna, no obstante, no tan fuerte como estaba previsto.
 
Por si acaso, fuimos hasta el punto de inicio. Y la llamada de la hermosa estepa atrajo a otros que se arriesgaron bajo la lluvia. Y una vez juntos, aunque pocos, decidimos intentarlo.

Así que empezamos a recorrer el camino que se adentra en la estepa: la Cabañera Real de Torrero, o Camino de la Bola, o Sendero de Goya (que todos estos nombres tiene) o Camino de Torrecilla (CR-41) como indica el cartel de inicio, en la propia pared del cementerio.
 
 
 
 
 
 
Tras unos primeros kilómetros tristes (imagen de Valdespartera, de Pla-Za, escombros, tercer cinturón, AVE, extracción de áridos, vertedero alegal de Sumisdin...), magnífico y desdichado catálogo de ejemplos de las amenazas de la estepa, llegamos a la estepa en toda su esencia.
 
Los primeros síntomas, una ladera cubierta del morado de la moricandia, y a sus pies unos diminutos pero hermosos nazarenos (pequeño y hermoso, buena simbología de la estepa).
 
Con la llovizna, costaba hablar de climas áridos y rigores solares. Pero fuimos paseando entre flores de romero y aliaga, acompañados del aroma de la ontina, vimos las varitas de San José del gamoncillo despuntando por las fechas y la lluvia... nos acompañaba el rumor del silencio y de la paz, sólo punteado por los cantos de algunas aves esteparias (probablemente terreras y cogujadas) y el graznido esporádico de una bandada de chovas, acompañadas en el cielo gris por la majestuosa danza de un par de halcones.
 
Plano del recorrido, extraido del folleto editado por el propio Ayuntamiento de Zaragoza como complemento a la señalización de esta vía que debería ser el eje central del Parque Estepario de Zaragoza. Vía de comunicación, patrimonio natural y cultural en sí, nos puede llevar hasta diferentes vales, barrancos, La Plana, la Salada de Mediana...
En nuestro andar llegamos hasta el Balsete del Royo, ya en el cruce del camino a Cuarte, buen recordatorio de la actividad ganadera y del cruce de caminos de esta zona, y de la cercanía de los barrancos que desembocan a la  Huerva.
 
Aquí ya la lluvia arreció y decidimos regresar, no sin haber pasado a pesar del agua una interesante mañana en este retazo de estepa, tan valioso, tan cercano, tan nuestro... tan frágil y amenazado. Por todo ello, la reclamación del Parque Estepario de Zaragoza es tan necesaria.
 
 
Hay un interesante albúm fotográfico de la visita y algunas de las plantas citadas en el blog amigo:
http://zgzlugares.blogspot.com.es/2013/03/mas-alla-del-ikea.html

2 comentarios:

  1. Buena crónica

    Creo que voy a pedir al ayuntamiento en el servicio de quejas y sugerencias el panfleto "Caminos rurales de Zaragoza Conservación de la naturaleza"

    a ver si me contestan

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    1. Es muy buena iniciativa. Animo a secundarla, solicitando por esta vía o directamente en el Servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Zaragoza materiales sobre la estepa y sus caminos.

      Hay diversos, realizados pero sin salida, o proyectados sin ejecutar (al igual que el Parque Estepario) y esta demanda sería una manera de sacarlos a la luz, los materiales, los caminos y la estepa en general.

      El folleto que mostré el domingo, y que sale con cuentagotas, es "Camino de la estepa. CR41".

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